Guadalupe, o Lupe... o como se ha auto-proclamado recientemente “Yaya”, esta mexicana, hija mayor de diez hijos de una humilde pero muy fecunda y talentosa familia de músicos y educadoras. Una mujer con garra y muy personal. Sus raíces nativas las lleva como emblema de su orgullosa herencia purhépecha.
Nacía el 12 de febrero de 1956, en un pueblo llamado Paracho, en el mismo corazón de la Sierra Purhépecha, en Michoacán. Dice ser una persona tímida, sin embargo en sus escritos vuelca una fortaleza y una sensata claridad de mente que nos da la pauta de que estamos ante una persona muy especial. Se decantó por la enseñanza, durante ocho años enseñó en México y luego se trasladó a Las Cruces, Nuevo México (USA). Allí ejerció como maestra bilingüe. Se casó con un ciudadano norteamericano, con quién tuvo dos hijos. Hoy se encuentra retirada de la educación, después de haber ejercido durante casi veinte años. Se dedica a su casa, su familia, sus pequeñas mascotas, a la lectura y a escribir, por supuesto.
Su afición por la literatura le venía desde la juventud, ella siempre tuvo la necesidad de plasmar en papel, todo aquello que le sucedía, sus vivencias, las de su gente. Observadora y muy analítica, no dejaba de meditar y escribir sobre todo lo que le acontecía a su alrededor. Suele publicar en el portal de qqml.
Una de las obras que le identifican con su origen y su sentir, es el poema “Yo soy Guadalupe”. Cuando le preguntamos qué le motivó a escribir esa obra tan especial e intensa, nos cuenta: “Este escrito, surge pensando en las diferentes mujeres que he conocido en mi vida y de sus peripecias para subsistir. En algunas maestras que supieron despertar en mí la pasión por la literatura. Todo ese compendio de vidas de muchas mujeres que formaron parte de nuestra cultura, nuestros inicios y el importante rol que cumplieron a través de la historia. La parte que dice “Yo soy Guadalupe y hago esto y lo otro...”, son las cosas que deben hacer amigas mías, mujeres de mi conocimiento, que por diversas razones, debieron emigrar a diferentes culturas y lo que deben hacer para sobrevivir y adaptarse. También hablo de mis ancestros, hasta llegar a mi abuela, madre y al final a mí misma, Guadalupe”.
Lo cierto es que nuestra amiga, no se calla. De la mano de Guadalupe, vamos a conocer un poco de su excelente trabajo. Paseemos por la historia de Guadalupe!
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