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Entrevista: Descubriendo a la mujer tras la escritora.
Esta vez, nos encontramos con Diana, una mujer de hoy, madre soltera y profesionista, que además está saliendo adelante como escritora contra viento y marea, con la fuerza y garra de una luchadora. “Una guerrera a tiempo completo”, que nos enseñará que la fortaleza está en el interior y en la decisión de asumir los desafíos. |
ZELTIAG /
ZK —Revista ZK 2.0, ya te conoce, Diana. La gente en tu México natal, ya está sabiendo de ti y ahora en Brasil y la cosa sigue. Pero queremos que nos cuentes un poco esta nueva faceta de Diana escritora, ¿cómo empezó?
Diana —La escritura en mí comenzó a partir de un momento difícil en mi vida. Estando convaleciente en cama, después de una intervención quirúrgica que me obligaba a estar en reposo, me encontraba deprimida, pues soy una persona inquieta y no me sentía bien sin hacer nada. Entonces un poco empujada por mi madre y unas amigas, me sugirieron que escribiera, que volcara en el ordenador todo mi sentir. Que empezara contando cosas de mi vida, de modo de estar ocupada. Entonces allí comienza, hace dos años y medio, mi necesidad de expresar las vivencias, mi infancia y mis experiencias como madre y docente. La lucha por llevar adelante sola a mis hijas en este mundo competitivo, siendo madre soltera y mujer profesionista, trabajando fuera y llevando adelante la casa. Muchas personas no podían entender de dónde sacaba fuerzas y tiempo, pero además de intentar seguir mejorando como educadora, haciendo cursos y diplomaturas, al mismo tiempo que tratar de seguir en pie en un mundo, donde la mujer debe enfrentarse a muchos escollos, tan solo por serlo. Estar continuamente demostrando mi capacidad para mantenerme en carrera llega a ser muy agobiante. En ese punto, es cuando yo empiezo a sentir la necesidad de plasmar todas esas sensaciones en las poesías que van surgiendo de mi interior, del día a día.
Hablando de esto, cuéntanos acerca de los audiovisuales que has compuesto con algunas de tus poesías dedicadas a diversos temas sociales, como los de la mujer maltratada.
En mi quehacer cotidiano, me voy enfrentando a las situaciones sociales que padecen muchas mujeres y la niñez que me rodea. La desprotección, la violencia, la falta de comprensión por parte de la sociedad, me lleva a la necesidad de expresarme en alto. Es cuando mi poesía toma cuerpo, un cariz totalmente social. Dignificar los derechos de la mujer, de los niños, las familias, los ancianos.
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