El tema apocalíptico está relacionado con la destrucción, pero según sea la fuente, esta será a nivel planetario o como fin de la vida. Lo cierto es que no debemos descuidar el tema, pero tampoco dejarnos arrastrar por el pánico inducido por el exceso de informes erróneos o resurgimientos legendarios.
A raíz de las profecías bíblicas, en las encontradas en las pirámides de Egipto, por las de Nostradamus, o el Calendario Maya, podemos darnos cuenta que como dice el dicho... “Si el río suena, es que agua trae”. Que haber lo habrá... pero no podemos dejarnos llevar por lo primero que escuchamos o vemos en internet. Analicemos pues, todas las opciones que nos encontramos.
Ya se hablaba entre los sumerios de un planeta gigante errante, que se nos acercaría para estas fechas destruyendo la tierra. La NASA, ante el resurgimiento de la “profecía sumeria”, salió a la palestra a decir que de momento no hay ningún objeto de tales características en dirección a la Tierra. Además, sería increíble que ellos tuvieran conocimiento de semejante cuerpo celeste, que en aquellas épocas estaría muy alejado, y que por muchos conocimientos de astronomía que tuvieren, no podrían compararse con las posibilidades tecnológicas de las que hoy disponemos. Por más “oculto tras el sol” que estuviere, es imposible que un objeto de semejante tamaño, no sea capturado por alguno de los tantísimos satélites o telescopios que están vigilando el espacio celeste.
En cuanto a fechas dadas por las profecías de Keops, las de los Mayas, Nostradamus... debemos decir que hay muchas de esas predicciones que jamás se cumplieron y fechas antes dadas que ya pasaron sin novedades. Hoy tenemos “de moda” el Calendario Maya y la fecha 2012. Se estima de nuevo el final. En cuanto a estas predicciones aventuradas por civilizaciones que dejaron algunas “pruebas” de lo que hoy nos está pasando, ellos no pudieron evitar “desaparecer” antes de dicho “fin”, como el caso de los sumerios y los mayas.
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