Algo que contar:
Los Pavotes (no Pivotes) de Latinoamérica
 
 

Pero olvídate Poroto, se decía a sí mismo meneando la cabeza vencido, vos no lo vas a ver. Y si realmente empezara a suceder, el país tendría que tener más cárceles que viviendas.
Otra cosa que Poroto, ahora con 24 de presión sanguínea y saltándosele de a uno los botones de la camisa, había notado, era que con raras y destacables excepciones, casi toda América estaba más o menos igual que su tierra. Por ejemplo ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría elegir a un tipo como Chavez para presidente? Era peor que una película de terror mal hecha. ¿Y Paraguay, Bolivia, Ecuador y algún otro rincón del continente que su calentura no le dejaba recordar? Era un mal generalizado, comprendió con amargura. Así como era un gran negocio la ignorancia, la apatía y la falta de educación. En el país de los ciegos, ¡el tuerto es rey...!
A estas alturas de su manija emocional, Poroto ya no quiso pensar más. Rehusó completamente a seguir tratando de hilvanar algo de lógica donde no la había.
Tomó su lapicera negra, punta mediana, para sacarse aunque fuese parte del veneno desde muy adentro del corazón con estos versos:

Ay, mi querida Argentina!
Porqué sos tan miserable?
Si fuiste curtida a sable
por próceres tan valientes,
que te dejaron simientes
de ejemplos tan admirables.

Y qué pueblo tan sufrido!
Fíjese que interesante,
porque hoy y también antes,
perdóneme el exabrupto.
Siempre los más corruptos
han sido sus gobernantes.

No hay ni moral ni justicia,
pero sí crimen rampante.
También hay robo flagrante
pero nuestra presidenta,
que nada pasa, aparenta,
pues ella es tan elegante.

Sólo una cosa les pido,
en mi canto emocionado.
Llévense cuanto han robado
y déjense de jorobar,
si no saben gobernar
den un paso p’al costado.

Pues, bien solo el buey se lame
y es mejor criarse guacho,
como un poste de lapacho,
que con toda esta gentuza
que menosprecia y te usa,
pa’ después tirarte al tacho!

<< Continuación de...

 
anterior menu 84 siguiente